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Playas naturales

CEADU ha desarrollado el esquema de Certificación “Playa Natural: Gestión Ambiental Certificada”, una norma específica para asegurar el buen desempeño y la adecuada gestión ambiental de playas en el Uruguay.

Esta norma ha tomado como referencia el contenido de otros esquemas de certificación (Blue Flag, Blue Wave) y la serie de normas de gestión ambiental ISO 14001 para resumir un sistema original que está siendo adoptado por varios balnearios del Uruguay.

Con la participación de especialistas en gestión ambiental, ecoturismo y gestión de playas, se fue desarrollando y poniendo a consideración de comunidades relacionadas con turismo de sol y palaya, los requisito de la norma a los efectos de que se adaptaran a las condiciones locales de su aplicación,

La Norma ha sido adoptada por balnearios que certifican la gestión ambiental de sus playas y constituye un valor a nivel internacional. En otros países de la región se sigue con atención esta experiencia de gestión y valorización de los productos de Sol y Playas en Uruguay.

En consulta con expertos de varios países (Red Pro-playas) y a los actores locales involucrados, ha elaborado la Segunda Versión de la Norma PlayaNatural, aprobada por el Ministerio de Turismo y Deportes, ha sido adoptada como criterio de certificación de playas en el Uruguay

Informe de la reunión de expertos en gestión ambiental de playas, convocada por la red Proplayas y CEADU. Diciembre 2007 (PDF 60 kB)

La evolución de la normativa

El desarrollo de Sistemas de Gestión Ambiental en playas es una aplicación reciente, una adaptación original de una herramienta concebida para otro tipo de organizaciones (con límites y responsabilidades claramente definidas). Las diferencias entre una playa y una organización tradicional llevaron a los organismos de certificación a sostener que una playa no era susceptible de ser certificada (por ejemplo ISO-14001).

Algunas de esas diferencias se pueden resumir en dos ideas principales: Una playa es un medio receptor (un ecosistema) que recibe impactos, no es una organización que genere aspectos ambientales. Los Sistemas de Gestión no son aplicables a un bien (un objeto), solo se aplican a las actividades de una organización.

En las playas existen responsabilidades concurrentes (gobiernos locales, ministerios, prefecturas, entre otros) por lo que es difícil identificar a una única Dirección que asuma la responsabilidad sobre la gestión ambiental. Además estas organizaciones gestionan las playas solo durante algunos meses al año.

Estas reticencias de los organismos de certificación con cierta rigidez interpretativa, llevaron a que muchas organizaciones en distintas partes del mundo (municipios, ministerios, ONG's, entre otros) desarrollarán sus propias normas de gestión de playas.

Finalmente, hace muy pocos años, se comprendió que las playas durante una época del año desarrollan actividades propias, que generan aspectos ambientales y que tienen responsabilidades claramente identificadas.

Pero principalmente se comprendió que los Sistemas de Gestión Ambiental y las Normas que los certifican deben evolucionar y ser flexibles.

Un borde natural

En muchas ciudades del mundo, las playas son el último borde natural y el más sensible a las intervenciones humanas.

Pese a lo delicado de este ecotono entre el mar y la tierra, la población (principalmente la que posee mayor poder de consumo) tiende a concentrarse en las zonas costeras, por lo que las playas se transforman en amortiguadores de los efluentes, los residuos sólidos, los ruidos y otras emisiones.

Por otra parte, la preocupación por promover un uso sustentable de las playas, es común a la mayoría de las autoridades responsables de la gestión de playas (es decir que el acceso y disfrute de este ecosistema no ponga en riesgo su disponibilidad para las futuras generaciones).

Debido a que el tipo de aspectos ambientales que ocurren en las playas y sus medidas de control son muy similares y previsibles, desde hace cierto tiempo existe la tendencia a sistematizar los esfuerzos por prevenir estos aspectos ambientales mediante la planificación y gestión de las actividades que los generan.

Normas diferentes, objetivos comunes

Ante esta necesidad de brindar seguridad a terceros respecto al desempeño de las playas, se han desarrollado simultáneamente en distintos países normas y sellos de calidad ambiental para playas.

Comúnmente estos sellos tienden a incorporar en su competencia específica a los actores involucrados (ministerios de turismo, gobiernos locales, actores privados, entre otros). Es así que surgen la Bandera Azul (con bastante desarrollo en Europa), la Blue Wave (con un tímido desarrollo en EE.UU) y recientemente Playa Natural Certificada en Uruguay.

Estas normas tienen la ventaja de haber sido diseñadas especialmente para playas, por lo que contemplan desde su origen la vocación turística y de servicios en forma integrada al Sistema de Gestión. Este enfoque agrega valor al Sistema de Gestión Ambiental, ya que la calidad de los servicios al usuario tiene un lugar destacado y se amalgama con la gestión de los aspectos ambientales.

Por otra parte la normativa ISO-14001 tiene la indudable ventaja de ser la Norma de gestión ambiental con más amplia difusión a nivel mundial. Esto no solo agrega valor por el reconocimiento de la “marca”, la contrastación de la norma con su aplicación en miles de SGA en el mundo, en distintos contextos, sumado a su revisión permanente por equipos técnicos interdisciplinarios le da un rigor técnico muy alto.

Componentes de un sistema de gestión

En definitiva, tal vez lo más importante no sea la norma contra la que se contraste el Sistema de Gestión Ambiental de la playa, sino que sus componentes básicos para asegurar la prevención de la contaminación sean los siguientes:

Luego, cada organización y cada playa priorizará aquellos componentes y herramientas del Sistema de Gestión que considere más relevantes.

Por ejemplo la Unión Vecinal de Portezuelo desarrolló su sistema en una playa poco intervenida, con un ecosistema de alto valor ambiental. Por tal motivo priorizó sus comunicaciones a los usuarios, dándole un enfoque de educación ambiental. Es el caso de su cartelería indicando la presencia de aves en la playa.

Si se trata de playas peligrosas la organización puede priorizar la prevención de accidentes, etc.

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